VIII. Ideal Femenino

La lista.

Uno de mis mejores amigos se ha quedado soltero tras volver de su periplo capitalino. Lejos de resignarse, muestra un mood for love envidiable azorado por la estupenda primavera que ilumina las calles de l’Eixample y ha hecho florecer unos árboles de flores violáceas como por arte de magia. Juro que cuando me fui de viaje por Pascua no había ninguna, un yermo. Ahora la toma aérea de las avenidas debe asemejarse a un tapiz de palacio imperial napoleónico con tanto verde púrpura. Las flores son como los amores; un día simplemente aparecen. He escrito una lista, las cosas que quiero de mi futura mujer, quizás debería ponérmela en Tinder, comentó orgulloso mientras nos pasábamos ojipláticos su teléfono móvil con la wishlist escrita en una nota. Silencio incómodo y gargantas aquejadas repentinamente. A ver, está muy bien que lo escribas, pero como publiques esto te van a cancelar, advertí. Por supuesto mi crítica egoísta tenía como fin no sólo proteger una potencial carrera política de mi amigo, si no ser yo quien publicara la lista. Así conservas tu anonimato, utilicé como táctica. Mi amigo no es imbécil y sabía de sobras que mis argumentos carecían de sentido, pero le va la marcha y terminó por darme permiso. Además, cada vez me parece menos grave.

Como anillo al dedo me vino la fantástica Les demoiselles de Rochefort. Aparece el pintor-poeta en escena. ¿Lo has encontrado ya?, le pregunta la atractiva camarera del aparente único bar de Rocherfort. No, sigo buscando, responde el esperanzado marino. ¿Qué es lo que busca?, preguntan atónitos los recién llegados feriantes. Su ideal femenino. A diferencia del pintor-poeta que refleja sus deseos en un cuadro que, oh, casualidad, es el rostro clavado de la bailarina protagonista, nuestro financiero-escribano ha decidido escribir una carta a los reyes magos. Este año he sido bueno y pido una mujer que me quiera (y que cumpla una cosa o dos). Pero no hemos venido aquí a juzgarle. ¿Hay algo malo en perseguir un ideal? Poco. Qué puede ser lo peor, ¿no encontrarlo? Creo que hemos dejado claro en este blog que nos importa un carajo el fracaso. Mejor lo absurdo de hacerlo que lo absurdo de no hacerlo. ¿Qué el ideal puede resultar excluyente e hiriente para minorías y mayorías como resultado de las presiones sociales que moldean sobremanera a la mujer perfecta? Puede ser, pero no me parece el caso, así que vamos a intentar ayudarle. Por vuestra parte, ojos y orejas muy abiertas para poder reconocer a su ideal femenino entre vuestros conocidos o en la cola del autobús. Por mi parte, un breve análisis y recomendaciones.

Para mejorar la digestión de esta lista de deseos tan… efervescente, agruparemos los conceptos en bloques. Ideal Aparente Objetivo-Subjetivo; que sea mona y tenga pocos/ningún tatuaje o piercing. Lo segundo fácil, salta a la vista. Quizás reprobable, pero fácil. Lo primero poco podemos hacer. ¿Haces una lista con objetivo de filtrar y lo primero que pones es la frase más subjetiva posible? Bueno, allá tú. Quiero suponer que en ningún caso se referirá a mona como especie, una unión humano-primate. Puede parecer una tontería, pero él es un profundo liberal y recuerdo una discusión sobre si se debiera prohibir practicar sexo con animales. Sigamos. Ideal de Hábitos; que beba y no fume. Como fumador duele, más legítimo. Fácil comprobación: pide que te eche el aliento en la cara. El alcohol puede tapar el olor a tabaco, si es el caso olfatea sus dedos. Ideal Socioeconómico: política, ambiciosa, que quiera hijos, pero no boda y dispuesta a moverse un tiempo de país con perspectiva de volver a Barcelona. Buf, que pereza. Eso mejor dilo a partir de la segunda cita. Pasamos al siguiente. Ideal Afectivo; extrovertida, flexible, social y activa en la cama. Esto me gusta más. De hecho, tú que me conoces, sabes que te puedo ayudar a confirmar cualquiera de los puntos propuestos. Ideal Lingüístico; que hable/le guste el inglés y el catalán. Me imagino por donde vas, pero así leído resulta raro. Como idea de comprobación te sugiero la técnica del rey-poeta de Sevilla, al-Mutámid. Dice la leyenda que, improvisando poesía a orillas del Guadalquivir, la bella Itimad Al-Rumaikyya robó su corazón al completar sus versos. De la misma manera puedes utilizar frases reconocibles para que alguien las complete. Un ejemplo: bajar Passeig de Gràcia gritando ¡Vent de Gregal…!, esperando que te contesten ¡ni peix ni pardal!, mientras lo intercalas con It is a truth universally acknowledged…! con el que matarás varios pájaros de un tiro. No se me ocurre ningún perfil más solapante para tu diagrama de Venn que una mujer con gusto por la literatura victoriana. Ideal Fetichista: que le ponga cachonda una visión deficiente (?) y películas en VO. Que le gusten hombres con 6 dipotries. Imagino que lo escribiste sin gafas. Por eso no te preocupes, la producción cultural de este siglo ha hecho mucho para que los cuatro-ojos podáis disfrutar de las mismas oportunidades que el resto, si no superiores. Lo que en la prehistoria te haría morir ante el primer depredador que pasara por delante ahora es signo de seriedad e inteligencia. Egregio varón diría fumando en pipa Ortega y Gasset. Tengo que decirte que no me esperaba que te fueses a refugiar en tener mala vista para incrustarte en una minoría. Ninguna chica me quiere porque llevo lentillas, dijo al borde del llanto y con la voz entrecortada el guapo y acaudalado hombre blanco heterosexual en su trágica, y brutal, desesperación. Los Fetichistas Anónimos de Cristina Peri Rossi me han hecho bastante tolerante con los gustos particulares, pero alguien con fijación por mujeres que ven películas en versión original me resulta bastante sorprendente. Sea como fuere, también sencillo. Escóndete tras un árbol a la salido del Verdi, Phenomena o la filmoteca hasta que salga una mujer mona para asaltarle con tu galantería.

¿Dónde estará, dónde estará? ¿Estará en Barcelona o en Rochefort? ¿Estará acompañada o esperando mi amor?, canturrea nuestro financiero-escribano con pantalones ajustados y colores neutros en su vuelta en patinete desde la oficina. Tengo buenas noticias, creo que está cerca. Escribe Peri Rossi que en el amor, y en el boxeo, todo es cuestión de distancia. Si está lejos: sufre, se entristece, se desvela y escribe poemas. Por lo que tengo entendido tú no escribes poemas —la lista podría ser una especie de poema encuadrado en la literatura posliberal-tecnológica, pero a falta de perspectiva histórica es arriesgado tomar partido— todavía. En cambio, cuando está cerca: se excita, se asusta, se obnubila, dice tonterías y se echa a temblar. Ahí sí que te reconozco. Podría decir que nunca te he visto tan obnubilado. Tu ideal debe estar en tu bloque de pisos si me apuras. Bromas fuera, te deseo suerte, amigo. Sé que no la necesitas y que acabarás encontrándola. Como escribió Jacques Prévert en el universo paralelo en el que nace en Sants, Barcelona es massa petita per un amor tan gran.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: